Después de reinventar a Alicia en el país de las maravillas, Tim Burton vuelve para cautivar a las nuevas generaciones con uno de los relatos más emotivos y apreciados de Disney: Dumbo.
Ya sabemos que Dumbo fue lazada en 1941. Esta nueva versión (2019) se desarrolla en formato live action, que básicamente significa que utiliza principalmente personas, animales u objetos reales en lugar de dibujos animados.
Además de esta diferencia respecto a la película de hace poco menos de 80 años, también se evidencia que mientras el gran final de la película original es cuando el circo revela que Dumbo puede volar, en la de Burton es solo el comienzo del viaje del pequeño elefante, quien además de ser separado de su protectora madre se convierte en un codiciado trofeo.
Mientras veía la nueva versión de Dumbo, me centré en pensar cómo es de importante la figura materna en nuestras vidas. Me dolía ver como un pequeño era separado de su madre que solo seguía su instinto al tratar de cuidarlo a como diera lugar. Reflexioné sobre lo mal que están algunas cabezas al pensar que los animales son un objeto de diversión para los seres humanos, reconocí la crítica implícita de Burton tras mostrar cómo el mercadeo se aprovecha de las situaciones y en este caso, venden peluches del pequeño animal. Ratifiqué mi temor por los payasos y extrañamente no lloré.
Sinopsis
Dumbo es un pequeño elefante nacido en el circo de Max Medici (Danny DeVito). Sus enormes orejas le convierten rápidamente en el hazmerreír de todos, excepto de dos niños, Joe (Finley Hobbins) y Milly (Nico Parker), los hijos de Holt Farrier (Colin Farrell), una ex estrella de circo que acaba de regresar de la guerra y que debe hacer frente a los cambios de su vida mientras se ocupa de este pequeño animal. Pero la vida de este tierno paquidermo cambiará cuando descubra que precisamente gracias a sus grandes orejas puede volar.
¿Cuál es tu pluma?
Dumbo, el pequeño elefante protagonista de la historia, necesitaba de una pluma para poder tener el valor de volar. Se sentía impotente y nervioso si no contaba con ella.
Tras ver esto, empecé a cuestionarme sobre mi pluma, ¿Cuál podrá ser? ¿La tengo? ¿La necesito? Y descubrí que como padres somos vulnerables con nuestras plumas, a las que llamamos hijos: esas criaturas que nos hacen liberar una gran cantidad de oxitocina, les entregamos nuestra mejor manera de ser, sonrisas a carcajadas, una que otra mala cara cuando a media noche nos despiertan y toda una vida restante de soporte incondicional.
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Sí, mi pluma es Jake. O mejor es todo un polluelo, me mueve de tal forma que fue capaz de hacerme cambiar mis hábitos alimenticios para darle ejemplo, me enseña a ser feliz de maneras que antes no entendía, me obliga a cuidarme para llegar a vieja y verlo crecer… en fin, la lista es larga, pero todo concluye en la manera que día a día me enseña con su ejemplo a aceptar las diferencias y amarme como soy.
Pero al igual que Dumbo, un día tendré que dejarlo volar. Quizá volemos juntos, él encuentre su propia pluma, yo siga con mis emociones sintiendo que será siempre mi motor, con la clara convicción de saber que aunque sea mi motivo, él es un individuo, no mi extensión, pues en lugar de necesitarlo como herramienta para volar, prefiero que volemos juntos.
Ahora te pregunto: ¿Cuál es tu pluma?
Bonito día gente bonita, aprovechen el frio de estos días y vayan a disfrutar del calor que brinda el confort de una sala de cine. Dumbo es una película familiar que podría sacar lágrimas, su clasificación es PG, es decir que puede contener algunas imágenes que podrían no gustar a los padres para sus hijos jóvenes. ¡A nosotros nos gustó! no se parece mucho a la de dibujos animados pero su mensaje es hermoso, como pudieron ver, la lista es larga y cada uno puede sacar sus propias moralejas.
Agradecemos a City Kids por permitir estos espacios para disfrutar en familia .
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